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en Chamanismo Universal

Chamanismo es una práctica espiritual que data de más de 50.000 años y lo que es realmente fascinante es que a día de hoy, no sólo sigue viva sino que además hay un interés creciente. Éste interés que sigue despertando viene dado porque es una práctica efectiva y que además va evolucionando, se ha adaptado perfectamente a cada cultura y a cada necesidad del ser humano.

Chamanismo también nos habla de la relación que nuestros antepasados mantenían con la naturaleza, ellos entendían que formamos parte de una red, formamos parte de un todo. Los chamanes creían que si trataban a la naturaleza con respeto, ésta les proporcionaría todos los elementos necesarios para su supervivencia.

¿Quién es el chamán?

El chamán es un hombre o una mujer que trabaja con los espíritus. Ha aprendido a moverse por los mundos espirituales y ha aprendido el lenguaje de los espíritus para comunicarse e interactuar con ellos. El chamán es un mediador entre mundos y dentro de la comunidad tenía dos grandes funciones, una era la de sanar y la otra la de traer información útil y necesaria para una persona o para la comunidad.

A un chamán lo reconocerás por su presencia, por su estar atento, por su amor. No es chamán todo aquel que tenga aspecto de serlo. Hay chamanes que no tienen aspecto de chamanes y lo son. Para que alguien sea reconocido como chamán tiene que trabajar con Espíritus de ayuda, Seres compasivos que comparten con él su conocimiento y su sabiduría, porque el chamán por sí solo no tiene poder, es cuando trabaja en unión y en asociación con sus Ayudas cuando tiene acceso al conocimiento.

El Chamanismo es, ante todo, una metodología. Es decir, unos pasos concretos que te permiten, entre otras cosas, alterar el estado de conciencia para acceder a las realidades espirituales y realizar determinados trabajos en colaboración con tus espíritus de ayuda.

Las prácticas que proponemos en cada uno de los cursos están claramente indicadas para que puedan seguirse fácilmente, sin posibilidad de malentendidos, y de una manera 100 % segura. Sin embargo, es responsabilidad de cada persona ceñirse a esas pautas establecidas para evitar cualquier posible riesgo.

Como dirían algunos chamanes culturales: “Nada de esto es peligroso si no lo hacemos peligroso nosotros al salirnos del camino”.